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Extractos de Críticas Nacionales e Internacionales.
Marianne de Tolentino
Miembro de la Asociación internacional de críticos de Arte (AICA)
Crítico de arte Listín Diario
Presidente Asociación de Críticos de Arte en la Republica Dominicana
Como muchos artistas de hoy Elsa Núñez maneja su inspiración con una gran flexibilidad estilística, sin que haya contradicciones. Ella fue dramáticamente expresionista, apasionadamente romántica, intelectualmente, simbolista. Dotó de alma el paisaje convirtió a la mujer en diosa de la naturaleza, se lanzo a la abstracción lírica sin abandonar del todo a sus criaturas. Más, recientemente desafío la vieja escisión entre figuración y no figuración. La lectura de composiciones oníricas podía quedarse entre pinceladas y colores, o percibir, escenarios acuáticos y descensos al centro de la tierra o discernir espíritus y duendes moradores de los lugares ignotos. Ahora Elsa Núñez ha vuelto al ayer de su pintura, más allá de los ardores místicos, tumultuosos y secretos.
Actualmente en el clímax de la madures, el universo pictórico en su dinamismo puede prescindir del vértigo y las fuerzas arrastrante .combina el poder de la inteligencia racional con el dominio de un oficio consumado en el cual no rechaza al- ternar la estabilidad del neoclasicismo con los ensueños movedizos de una corriente vital. Se vuelve proustiana en búsqueda del tiempo perdido y adrede reencuentra lo que ella considera la verdad del antaño con una libertad completa, ajena a lo definido y lo definitivo.
Francisco Umbral
Crítico de Arte Español
Instituto de cultura hispánica
Madrid, España, 1970.
El viento. Creemos que lo que Elsa pinta ante todo es el viento o por mejor decir un viento que no viene de ningún cuadrante, que no se sabe que viento es ni de dónde viene, El Greco….
Elsa tiene una paleta ocre y blanca, verde y blanca que es la paleta imprescindible para dar corporeidad a ese viento que es lo que ella pinta. Una mirada superficial nos diría que lo que Elsa tiene del Greco es el dibujo prolongado o quizás las luces vanas. Pero no; lo que Elsa tiene del Greco antes de nada es el viento, una suerte de vendaval trágico que mueve sus figuras, que las tiene en movimiento, que les arremolina la ropa ,que las abrullona. Es además una pintura socializante, fuerte, donde se combina la angustia y la poesía expresada en figuras, paisajes solitarios, paisajes urbanos y por todos pasa un ventaron de media tarde, largo y trágico.
Carlos Arean
Crítico de Arte Español, 1979
Elsa Núñez arremolina con ímpetu y también con ansia y sed de justicia sus ritmos a menudo alucinados y su materia en encabalgamientos dramáticos. Pinta sobre todo mujeres dolientes o desposeídas y lo hace no tanto para mostrar, igual que su admirado José Gutiérrez Solana, la existencia de algunas situaciones injustas, si no para exigir con grito su modificación.
Los acentos del negro, uno de los rasgos permanentes de la originalidad de Elsa Núñez, están empleados con ciencia y sensibilidad, contribuyendo a animar las visiones y sus ambientes, jamás a opacarlos.
Jeannette Miller
Crítico de Arte, Diario, EL Caribe, 1983.
Un excelente punto de evaluación nos ofrece Elsa Núñez en su ya acostumbrada muestra anual del mes de noviembre. La luminosidad es la característica común del conjunto de obras que con excepción de un carretón de palomas, está dividido en dos temas, el humano y el paisajismo. Si en el primero la belleza de sus amables poéticas e introspectivas figuras siguen logrando cierta preferencia del público, la atención se centra en los paisajes, tema que la pintora, asume decididamente, aunque se está preguntando si en el futuro será el tema principal y definitivo. Una fuerza de luz, una visión desconocida y de transmutación ofrecen estos paísajes en los que Elsa Núñez también alcanza un excelente nivel, tanto por la calidad interpretativa de su particular fuerza interior, como por el manejo de los medios cromáticos. El predominio cálido del anaranjado, las variaciones del morado, el amarillo, ocres, rojo y azul, están vertidos como formas; expansiones, latitudes en estos trabajos. Si bien ellos hacen referencia al agua, a la bruma, al cielo, o definen claramente lo astral, son sin estas referencias unos textos que podemos leer como abstracciones puras.
Banner Rundschau
Bonn Alemania. Crítico de Arte 1984
Elsa Núñez pinta paisajes que se convierten por la forma de usar los tonos de los colores, en un cuadro abstracto, que recuerda el movimiento de la lava.
La magistral combinación de los colores, logra, que lo que parece estar en movimiento y alcance de la mano, en un instante se derrite ante nuestros ojos.
Así presenta ella sus pensamientos profundos sobre la forma de la tierra, en cada uno de sus maravillosos lienzos.
Gerard Charles
Crítico de Arte Alemán, 1984
Elsa Núñez crea paisajes como lo hizo también por ejemplo, Emil Schurnacher, como materia, como masa, como cuerpo material. El paisaje impresiona permanentemente, también en ella, como un cuadro abstracto.
Los movimientos que sentimos de los colores en el lienzo, ponen al mismo tiempo la tierra en movimiento; lo que nos hace sentir este momento como palpable, desaparece en el próximo instante.
María Ugarte
Directora del suplemento Artístico del Periódico del Caribe, 1983
La andadura artística de esta pintora es una verdad muy coherente y organizada, sin saltos mortales, en una constante evolución sin mirar hacia atrás, aunque sin renegar nunca del pasado.
Serena y sencilla, consagrada al oficio con optimismo y reflexión, Elsa partió de un figurativismo romántico en lo que los temas no obstante girar siempre alrededor del ser humano estaban envueltos en un ambiente espiritual, en el que la calidad casi monocromática y la acentuada esbeltez de las figuras, ponía en las obras que la enraizaban sin que ella jamás lo pretendiera a estilo de El Greco.
Francisco Comarazami
Director del periódico Listín Diario, 1985
Si realmente la música es armonía, equilibrio y sentimiento humano, no hay pues ninguna duda de la que la pintura de Elsa Núñez no es otra cosa que musical, armónica, equilibrada y sentimental. Siempre lo ha sido sin importar los temas y circunstancias de su brillante carrera. Es la misma armonía agradable que uno advierte en el arcoíris. Es decir, la concentración sin sonidos de los 7 maravillosos colores del cosmos que vierte su pincel, su brocha y sus manos, impulsados por un singular talento.
La experiencia y los recuerdos directos que empapan la pintura de Elsa Núñez constituyen una presea de la encarnación de sus obsesas aspiraciones, causando un efecto delirante en el espectador, porque la riqueza de su arte, reside en el poder de lo intelectual, lo nostálgico y lo estético.
Laura Gil
Crítico de Arte Diario El Caribe, 1993
Resultaría un grave error catalogar la pintura de Elsa Núñez, únicamente como una de las más destacadas figuras de su generación en el ámbito de la pintura aunque ciertamente lo es . Aunque es preciso destacar que ella ha realizado en nuestro país, la obra más sólida y subjetiva dentro de lo que se puede considerar como un paisajismo abstrato; que es también, una figura del expresionismo figurativo y que ha alcanzado a lo largo de su carrera un raro equilibrio entre audacia mesura y lucidez. Sus pinceladas y sus colores secretamente apasionados, confluyen en su vigor sin estridencias, que es parte de la clave del éxito y la calidad que confirman crítico y público.
Densa de referencias culturales que van del Greco a Munch con matices expresionistas y simbolistas y también de un onirismo que va alimentando buena parte del gran arte desde el romanticismo hasta el sub- realismo.
La voluntad de estilo de Elsa Núñez, ata todos los cabos sueltos, funde todas las fuentes, las raíces, las evocaciones, en una sustancia inequívocamente suya y personal.
Un momento de balance, de recuento de plenitud de recursos, de expresión de madurez, a nuestro juicio uno de los mejores momentos de Elsa Núñez.
Abíl Peralta Agüero
Crítico de Arte y curador
Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte.
Elsa Núñez , nos habla de su apuesta a una nueva cultura espiritual en sus expresiones estéticas, apartándose de la gramática cromática que apuesta a los colores irisados, para en cambio asociar y sustentar su obra a la sobriedad del color , al arrojo, al esplendor y la luz goyezca, dentro de la mas sugestiva y enigmática formulación de la visualización del pensar la imagen , como sustancia de la comunicación visual.